Cambios constantes, intentar adaptarse con la misma consecuencia, no aparecen los róbalos...
En las incursiones que hicimos dentro de la ría las variantes fueron pocas, el tamaño importa ;-).
Ante la ausencia de grandes peces cerca de nuestras costas, el pensamiento tras jornadas de desgaste de material y moral no era otro que "falta menos para que arrimen y ya las pagarán"
Un saludo amig@s y que un buen róbalo os de felicidad.
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